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Hoy me levanté con ganas de dejar que la tinta fluya encima del papel, que dibuje lo que quiera, que pase la frontera con cada letra.  Hoy quiero ser libre y volar como el águila.  Ser ese cazador que desde arriba ve a su presa.  Esos que te prometen y no te cumplen.  Que te venden sueños sin importar tus sentimientos.  A esos son los que hay que fusilar.  No al pobre inmigrante que sale en busca de un nuevo inicio para mantener a su familia...

—¿Te gusta, así como suena? —le preguntó a Irelly—.  La mejor parte no la puedo describir, pero te prometo que la vas a vivir en carne y hueso y verás lo que se siente coger a las personas como yo que no les importa nada en la vida, o sea amorsote, en otras palabras, estás…

—¡Suéltame maldito enfermo!  No te he hecho nada—le gritó con gemidos por encima de sus últimas palabras.

—A ver muñeca refresquemos tu asqueroso cerebro—le decía mientras soltaba la laptop encima de la mesa de madera para luego ponerse a caminar de un lado a otro—.  ¿Te acuerdas cuando entré a tu asqueroso blog y te pedí ayuda con la portada de mi libro?  

—Por favor, son cientos de personas que entran y me piden ayuda.  No puedo ayudarlos a todos por más que quisiera.  Es imposible para mi, entiéndelo Damián.

—¡Mentirosa! —le gritó en su cara mientras la bofeteaba.

La joven de 23 años llevaba una vida exitosa en su carrera como escritora.  Nunca pensó que su amigo de la infancia la fuera a tener secuestrada como en una de sus novelas