—Hoy es un gran día para todos nosotros. Queremos ser agradecidos con ese personaje que ven ahí sentado atemorizado como si le fuera a pasar una tragedia... Y
esas caras no me gustan, pero antes que le demos el regalito quiero nombrarte por el mejor nombre que la humanidad se haya inventado. ¡Judas!
Con esas palabras, todo el lugar se estremeció con gritos y todos mencionaban el nombre de Judas. Me reí y le dije a Larry:
—Mira qué bello nombre te has ganado. A ver quién tiene la mejor muerte, tú o el hombre verdadero.
—Es lo que somos, una humanidad malvada. Lista para devorarnos como leones entre nosotros mismos. Nacimos en este mundo con un solo propósito y es hacer
el mal porque está en nuestra naturaleza. Así que lo que tiene que pasar es porque ya está escrito, ¿o acaso crees que el tal llamado Judas no fue escogido por el mismo Dios, maldito
imbécil?
—Ja, ja, ja. No me hables del tal Dios ese que acabas de mencionar porque me tiene sin cuidado su nombre y toda su historia. Gracias a Él recibiré una
desgarradora muerte. Sabes Larry, anoche mientras me torturaban, le pedí que me librara de “Pikachú” y mira ahora dónde me ha traído delante de estas víboras…Así que te deseo que te hagan
pedazos.
El capo del oeste les entregó marrones a toda la audiencia y dio la orden para el castigo de Larry. Todos le brincaron encima como si fueran zombis
hambrientos. Ellos